Pagar para poder figurar en el registro público del Colegio de Martilleros Departamento Judicial Mar del Plata tiene un sólo beneficio: reduce —sólo eso, reduce— las posibilidades de que un martillero honesto y trabajador termine siendo perseguido por sus propios colegas sólo por hacer su trabajo. Eso es todo, no tiene ningún otro beneficio. El dinero que ingresa a las arcas del Colegio de Martilleros no se usa para mejorar las prestaciones —recordemos que la Municipalidad de General Pueyrredon tuvo que recurrir al Banco Ciudad para garantizar la transparencia de los remates de los lotes de la ex Villa de Paso porque la vetusta institución fue incapaz de ofrecer una plataforma online, transparente y accesible desde cualquier lugar del mundo—, ni redunda en ningún beneficio importante.

Decimos que sólo reduce las posibilidades porque es harto sabido que han existido casos de martilleros que, aún teniendo todo en regla, han sido perseguidos por sus propios colegas buscando impedirles trabajar en una turbia disputa comercial que pone como excusa la utilización de las plataformas de servicios englobadas en el término de «franquicias». Por otro lado, delincuentes condenados como Pablo Salminci, o personas procesadas como Mario Castelao, siguen apareciendo como «activos» en el registro público que la institución muestra en su página web, con lo cual el Colegio de Martilleros no es ni siquiera garante, de cara a la sociedad, de que uno está tratando con alguien que sabe hacer su oficio y no es un delincuente.

Cabe aclarar que la intención del gobierno, aparentemente, no es la desaparición de los colegios profesionales, sino que deje de ser obligatorio pertenecer a ellos para poder dedicarse a la intermediación inmobiliaria. Sin embargo es obvio que, de esta forma, estas instituciones que sólo se dedican a perseguir a los profesionales para cobrarles, a armar procedimientos disciplinarios en contra de quienes no trabajan como ellos quieren y a hacer anuncios rimbombantes en los medios de comunicación —como, por caso, que le van a hacer juicio a la Municipalidad por no confiar en la institución que avaló el funcionamiento, durante años, de la Liga de Remates en Mar del Plata— perderán de manera inevitable relevancia y poder, con lo que su desaparición es sólo cuestión de tiempo.

Tanto la Cámara Inmobiliaria Argentina como la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios se mostraron a favor de este proceso de desregulación que dará lugar a un mercado de bienes raíces más dinámico y competitivo, permitiendo una reducción de costos al limitar la burocracia detrás de cada operación.

En el caso de Mar del Plata, limitará también la pátina de legitimidad que el Colegio de Martilleros le da a personas deshonestas que tanto mal le han hecho a nuestra ciudad.

2 respuestas a “Colegio de Martilleros: saluden, que se van”

  1. Como quedaría la caja de previsión en ese caso.

  2. Que pasaría con la caja de previsión

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